Skip to main content

La flauta es uno de los instrumentos más antiguos, pues por su sencillez se encuentran testimonios de la existencia de alguna de sus formas en todas las culturas.

Los romanos la llamaron “tibia”, “fístula” y “cálamus” porque solía hacerse del hueso llamado tibia o de una caña vegetal o metálica. Se han hallado en antiguas ruinas flautas griegas y romanas de hueso y de bronce.

La flauta dulce o de pico se volvió muy popular en la Edad Media, los cuartetos de cuerdas fueron muy comunes en esas épocas. Con el paso del tiempo, con la creación de los grandes teatros, el sonido de la flauta dulce se empezó a considerar muy pequeño para esos escenarios y su uso fue siendo relegado. Fue hasta el inicio del siglo XX cuando renació el interés por este instrumento y se propagó su aprendizaje.

La flauta transversa o travesera tradicional estaba fabricada en madera y básicamente consistía en un tubo en el cual se practicaban los pertinentes orificios. Su mayor apogeo fue durante la era barroca.

En el siglo XIX Theobald Böhm perfeccionó el instrumento, modificando el método de fabricación, añadiéndole nuevos orificios e introduciendo un sofisticado sistema de llaves, más ergonómico, que facilitaba la digitación. Desde entonces el diseño de la travesera no ha sufrido prácticamente cambios de importancia. Sin embargo, los materiales para fabricarla sí han cambiado.

La flauta en la música clásica

Algunos temas clásicos en los que la flauta tiene un papel central, destacando su capacidad melódica y expresiva:

la flauta

1. Suite No. 2 en Si menor, BWV 1067 – “Badinerie” (Johann Sebastian Bach)

Esta obra barroca es un ejemplo icónico en el repertorio de flauta. “Badinerie” es rápida, brillante y requiere gran precisión, mostrando la agilidad en un contexto alegre y rítmico.

2. El Carnaval de los Animales – “El Cisne” (Camille Saint-Saëns)

En esta pieza, la flauta representa la gracia y suavidad del cisne. Aunque escrita para varios instrumentos, la flauta tiene un papel importante al acompañar las melodías con su tono delicado y evocador.

3. Concierto para Flauta en Sol mayor, K. 313 (Wolfgang Amadeus Mozart)

Este es uno de los conciertos más famosos para flauta y orquesta. La obra explora toda la gama expresiva de la el instrumento, desde pasajes líricos hasta secciones virtuosas, resaltando el talento del solista.

4. Prélude à l’après-midi d’un faune (Claude Debussy)

Esta obra simbolista comienza con un solo de flauta sensual y ensoñador que marca la atmósfera impresionista de la pieza. Es una obra fundamental que destaca la flauta como instrumento principal, representando el estado soñador del fauno.

5. Peer Gynt Suite No. 1, Op. 46 – “La Mañana” (Edvard Grieg)

En esta famosa pieza, la flauta introduce la melodía principal que representa el amanecer. La interpretación de la flauta es ligera y atmosférica, capturando perfectamente el ambiente fresco y sereno de la mañana.

6. Concierto en Mi menor para Flauta y Orquesta, Op. 57 (Saverio Mercadante)

Este concierto es un clásico en el repertorio de flauta, destacando por su virtuosismo y expresividad. Es una obra de carácter romántico que explora las posibilidades técnicas y emocionales de la flauta.

Estas obras demuestran la versatilidad de la flauta en la música clásica, desde pasajes virtuosos y técnicos hasta melodías suaves y evocadoras. Son piezas esenciales para cualquier flautista y permiten apreciar el amplio rango expresivo de este instrumento.

Si quieres aprender a tocar este hermoso instrumento, recuerda que en Virtuosso contamos con un curso de flauta dulce y un curso de flauta transversal.

Te esperamos en el próximo post.